Guillermo Mendoza


s. m.   1.  Diseñador gráfico.
2.  Ilustrador.   3.  Zaragozano tan majo como su trabajo.

Mark



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Tras graduarme en la ESDA, además de buscar trabajo, uno de mis propósitos fue presentar a editoriales un álbum de poesía ilustrada realizado como parte de mi trabajo final de grado: Porto.

Este proyecto surgió un poco de la casualidad (o de la causalidad según se mire). A raíz de una asignatura sobre álbum ilustrado, hablé con mi amiga Marina para preguntarle si podía utilizar textos suyos para ser ilustrados y me cedió una serie de poemas en relación con el cuerpo, la mujer y la ciudad. Mi idea era partir de una poesía ilustrada que se sintiera más cohesionada, en la que hubiera un equilibrio entre texto e imagen y no estuvieran ambos aislados. Quizás era una idea muy ambiciosa para tan poco tiempo de investigación y pruebas, pero a veces no viene mal proponerse retos.

Tras acabarlo, sentí que no era exactamente lo que buscaba, faltaba algo. Aun siendo consciente de lo dicho anteriormente, todas estas reflexiones me llevaron a continuarlo como mi trabajo final de grado. Fue todo un verano lleno de experimentaciones y probatinas: plantillas, sprays, fotografía, collage...; buscando ese algo que hiciera justicia a la prosa poética de Marina.

Considero esta experiencia como un reencuentro personal con el álbum ilustrado. Llegué a tenerle cierta tirria mientras estudiaba Ilustración por el excesivo hincapié que se hacía del medio como única salida de cara al oficio frente a otras muchas posibilidades. No obstante, mi interés por el mundo editorial poco a poco iría desvelando matices que no percibía antes.

Poco después de la presentarlo, hablé con Marina y ambos estábamos de acuerdo en que sería una pena dejarlo apartado, por lo que decidimos enviarlo a editoriales. Dada la peculiaridad del proyecto, había pocas editoriales con una línea editorial en la que encajase nuestra propuesta y la respuesta habitual era el mutis. No fue hasta varios meses después cuando pensamos en la autoedición y contactamos con Rosa de la asociación Bolboreta Press.

Tras ver nuestro proyecto, Rosa quedó impresionada y nos propuso sacarlo como parte de la reciente línea editorial de Bolboreta en vez de autoeditarlo nosotros. No tardamos mucho en dar nuestro visto bueno y así se inició la inmersión en el mundo de la risografía. Adaptamos el proyecto para adecuarlo a las necesidades de la impresión y pensamos en otro tipo de formatos, dando lugar a la carpeta con cuadernillos ilustrados y un librillo con traducciones al portugués e inglés.

A raíz de Porto, vinieron más proyectos y pude aprender mucho sobre publicaciones y también participar en fanzines, ya sea maquetando como es el caso de Poegráficos o desde cero con La biblioteca de Max. Actualmente sigo colaborando con Bolboreta Press y espero con ansia todo lo que aún está por venir.

PD: ¡Y fin!